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Exjefe de División Jurídica de Contraloría y caso licencias: “La gran falencia está en los jefes”

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Tras los recientes informes del ente contralor, que han expuesto irregularidades como el caso de las licencias médicas, Julio Pallavicini cuestionó duramente la falta de control interno en los servicios del Estado. A su juicio, las jefaturas han abandonado su rol de supervisión.


En medio de una serie de informes recientes que han puesto a la Contraloría General de la República en el centro de la agenda —desde funcionarios públicos sorprendidos de viaje mientras estaban con licencia médica, hasta cuestionamientos por eventuales desvíos de fondos en la campaña de reelección del gobernador Claudio Orrego—, el abogado Julio Pallavicini, profesor de Derecho Administrativo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y exjefe de la División Jurídica del organismo, pone el foco en un tema que, a su juicio, está siendo subestimado: la responsabilidad de los jefes directos.

“El primer frente de control son los jefes, y cuando los jefes no controlan, ya no podemos delegarle esa función a terceros”, sostuvo Pallavicini, en un nuevo capítulo de Al Pan Pan con Mirna Schindler. El académico apuntó a una crisis de liderazgo al interior del Estado. Para el abogado, situaciones como las de los funcionarios con licencia médica que subían fotos en redes sociales desde el extranjero pudieron no haber llegado a la Contraloría. “Eso se pudo haber pesquisado antes. Es impensable que no se dieran cuenta”, remarca.

“Creo que la gran falencia está en los jefes, y, mi impresión, es que en la actualidad los jefes de unidad, jefes de servicio, jefes de departamento, todo aquel que ocupa una posición de jefatura, han renunciado a sus labores de ser jefes, entonces no controlan lo que están haciendo sus funcionarios”, sentenció.

El también exintegrante de la Corte Suprema recordó un episodio vivido durante su trayectoria profesional, cuando, ante la consulta de “un miembro de las Fuerzas Armadas” sobre qué hacer con funcionarios con licencias extendidas por más de seis meses, su respuesta fue directa: “Échelos”. Explicó que la legislación contempla la causal de salud incompatible con el desempeño del cargo, y reconoce que muchas veces la administración pública y privada es reticente a tomar decisiones por temor a la reacción de los gremios. Pero para Pallavicini, esa situación se enfrenta “con valentía y con criterio”, reconociendo, además, que no todos los gremios son inflexibles ni buscan privilegios excesivos. “También hay gremios serios que no quieren caer en el mito del grupo de poder que solo hace demandas injustificadas”, agregó.

“Ella siempre tuvo ganas de hacer algo más”

Respecto al actual liderazgo de la Contraloría, Pallavicini no escatimó en elogios para la contralora Dorothy Pérez, quien asumió tras la salida de Jorge Bermúdez. A su juicio, lo más destacable de la gestión de Pérez es que ha logrado ampliar la capacidad fiscalizadora del organismo sin requerir nuevos recursos ni cambios legislativos. “Muchas veces pensamos que necesitamos más leyes, más atribuciones, y lo que en realidad se requiere es un poco de imaginación, voluntad y creatividad en la gestión”, afirmó.

Pallavicini conoce de cerca a la actual contralora, con quien trabajó durante varios años. “Ella siempre tuvo ganas de hacer algo más, de ir más allá del mínimo, y eso en el sector público no siempre se ve”, destacó. Para él, los recientes informes de auditoría que han salido a la luz son evidencia concreta de esa actitud: un trabajo sistemático, que aprovecha la información pública ya disponible y que está marcando diferencias en la manera de fiscalizar la administración del Estado.

El profesor concluyó con un llamado a no perder de vista lo esencial: los controles institucionales como la Contraloría son fundamentales, pero nada reemplaza el ejercicio efectivo de la jefatura directa.

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